Debo confesar que desde que empecé la carrera había temido este momento, el día en que tuviera que iniciar mis prácticas profesionales. Tenía miedo de no elegir correctamente, de no ser capaz de realizar el trabajo que me fuera asignado, de olvidar todo lo que me habían enseñado, de decepcionar a otros y peor aun, a mi misma.
No obstante, la cruda realidad es que el tiempo no se detiene, y ese momento llegó. Como había sabido desde que ingresé a esta universidad, mis intereses seguían girando en torno a la traducción y la interpretación, motivo por el cual decidí que mis prácticas profesionales debían de consistir en traducir algo o en interpretar para alguien.
No obstante, la cruda realidad es que el tiempo no se detiene, y ese momento llegó. Como había sabido desde que ingresé a esta universidad, mis intereses seguían girando en torno a la traducción y la interpretación, motivo por el cual decidí que mis prácticas profesionales debían de consistir en traducir algo o en interpretar para alguien.
Rebobinemos unos cuántos años, al 2011 para ser exactos. En ese entonces, estaba tan ciega y era tan ignorante como cualquier otro ser humano para quien el universo de la lingüística aplicada le es desconocido. Lo confieso, hace 3 años y medio era una de las personas que pensaba que aprender un idioma era fácil, que sabiendo más de un idioma se podía traducir cualquier cosa, y que traducir estaba lejos de ser difícil o frustrante.
Sin embargo, después de devorar diversos artículos, libros, y de vivirlo en carne propia durante algunos de mis cursos, pude constatar que la traducción es una ciencia, un arte, una virtud, y en muchas ocasiones un reto, un problema, y un dolor de cabeza. Quien es traductor es también escritor, poeta, artista, compositor, investigador, lingüista en toda la extensión de la palabra.
Sin embargo, después de devorar diversos artículos, libros, y de vivirlo en carne propia durante algunos de mis cursos, pude constatar que la traducción es una ciencia, un arte, una virtud, y en muchas ocasiones un reto, un problema, y un dolor de cabeza. Quien es traductor es también escritor, poeta, artista, compositor, investigador, lingüista en toda la extensión de la palabra.
Si bien las clases de la universidad (de la licenciatura de Idiomas por supuesto) están diseñadas para ponernos en contacto con todas estas actividades, no dejan de ser solo eso: clases. La práctica profesional en la vida real, no solo de la traducción, sino de cualquier actividad en general, presenta retos más difíciles de sortear, y es mucho más estresante que un simple ejercicio por el que obtendrás una calificación.
En la práctica laboral real debes satisfacer necesidades reales de personas reales que necesitan resolver problemas reales. Cualquier error podría desencadenar toda una serie de consecuencias negativas, tanto para quienes se trabaja como para el que trabaja.
Al ser la traducción una actividad encargada de romper las barreras de comunicación y las diferencias culturales existentes entre los hablantes de dos idiomas distintos, un error podría provocar malos entendidos, ofensas, y muchas otras cosas de mayor o menor gravedad según fuera el caso.
Es por eso que al haberme comprometido a realizar la traducción oficial de una página web de una fundación legalmente constituida, estoy haciendo uso de todo el tiempo, de todos los recursos y de todos los consejos de personas especializadas en el tema y en el área como me es posible.
Actualmente, el hecho de ser únicamente una practicante me concede cierta protección en caso de que mi trabajo no llegara a satisfacer las necesidades de mis clientes. Sin embargo, en un futuro, cuando decida dedicarme a esto para vivir, lo único que me protegerá de los reclamos, amenazas y sanciones de un cliente insatisfecho será la calidad de mi trabajo y las bases en las que este haya sido sustentado.
Estoy realizando mi traducción con toda la seriedad, precisión, dedicación, pasión y orden que me son posibles, porque confío en que esto garantizará su calidad y me servirá para adquirir experiencia, habilidades y conocimientos que me permitirán desempeñarme como traductora en el futuro.
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ResponderEliminarHola Tania! Me encantó leer tu reflexión porque puede ser capaz de observar el cambio de tu perspectiva de la traducción a través de la carrera y en tus prácticas. No había pensado en el aspecto del respaldo de una traducción en tu futuro campo laboral.
ResponderEliminarEsto me hizo darme cuenta que además de la traducción en sí, otro aspecto igualmente importante es la justificación en la toma de decisiones. Y efectivamente concuerdo contigo, las clases son eso, clases, y muchas de las veces no proveen el sustento de experiencia necesario para aplicarlo en la vida real.
Respecto a tu concepción de la traducción, ¡Creo que no lo pudiste decir mejor! la traducción es un arte. Desde mi perspectiva, un traductor tiene que ser muy creativo para formular una buena traducción, y bueno creo que tú tienes eso y más.
Respecto a lo bello de la traducción y te tu proyecto de prácticas, es que respecto a los idiomas haces que algo incompatible, compatible. Y que de este modo, puedas ayudar a otras personas a través de lo que haces.